miércoles, 26 de agosto de 2015

Aristófanes.

(Atenas, 450 a.C.-id., 385 a.C.) Comediógrafo griego. Poco se sabe sobre su vida, tan sólo algunos detalles extraídos de su obra, de la que se conserva una cuarta parte. Fue un ciudadano implicado en la política ateniense: participó en las luchas políticas para la instauración del Partido Aristocrático y, desde sus filas, mostró su desacuerdo con la manera de gobernar de los demócratas. Se opuso a la guerra del Peloponeso, porque llevaba a la miseria a los campesinos del Ática, en una guerra fratricida que denunció sobre todo en Lisístrata.
Su postura conservadora le llevó a defender la validez de los tradicionales mitos religiosos y se mostró renuente ante cualquier nueva doctrina filosófica. Especialmente conocida es su animadversión hacia Sócrates, a quien en su comedia ´´Las nubes´´ presenta como a un demagogo dedicado a inculcar todo tipo de insensateces en las mentes de los jóvenes. En el terreno artístico tampoco se caracterizó por una actitud innovadora; consideraba el teatro de Eurípides como una degradación del teatro clásico.
De sus cuarenta comedias, nos han llegado íntegras once, que son además las únicas comedias griegas conservadas; es difícil, por tanto, establecer el grado de originalidad que se le atribuye como máximo representante de este género. Sus comedias se basan en un ingenioso uso del lenguaje, a menudo incisivo y sarcástico, y combinan lo trivial y cotidiano con pausadas exposiciones líricas que interrumpen la acción. Constituye ésta una fórmula personal, que nunca ha sido adaptada, ni por los latinos ni durante el Renacimiento.
Aristófanes debutó siendo aún muy joven, en el año 427, con Los convidados; en el 426 presentó Los babilonios, donde atacaba la política de Cleonte, lo que le valió un proceso. Ambas obras se encuentran hoy perdidas. En el siglo V era costumbre que el autor asumiera también la función de instructor del coro y encargado de la puesta en escena (corodidáscalo). Pero también podía ocurrir que otra persona se ocupara de esa tarea y figurara entonces con su nombre en las actas de las fiestas. Por esta razón estas dos piezas aparecen atribuidas a Calístrato.
La primera comedia que dirigió el propio Aristófanes fue Los acarnienses (425), que es también la más antigua que se conserva de él. En ella, el campesino ático Diceópolis, harto de la guerra del Peloponeso, que dura ya seis años, decide concluir por su propia cuenta la paz con los espartanos y encarga que le envíen de Esparta una paz privada de treinta años en forma de una exquisita bebida, llevando así una alegre vida pacífica en medio de los horrores de la guerra.
Esta fantasía cómica antimilitarista es de una endiablada jocundidad, plena de pasajes divertidos. En Los caballeros (424), los nobles y ricos jóvenes de la élite conservadora, que forman parte del coro, atacan duramente al demagogo Cleonte, que aparece representado en el pícaro esclavo que engaña a su anciano amo. El tono de esta comedia es tan áspero que Cleonte, quien con su acusación a raíz de Los babilonios no había logrado intimidar a Aristófanes, intentó otro proceso contra él.
En Las nubes (423), representada en las Grandes Dionisíacas, Aristófanes avanza en otra dirección satirizando en la figura de Sócrates a la nueva filosofía y a los nuevos métodos de educación. La obra debe su nombre al coro integrado por nubes, creación poética muy compleja cuyo primer canto, según Albin Lesky, "pertenece a lo más hermoso de la poesía griega".

El tema de ´´Las avispas´´ (422) es la manía de los atenienses por los pleitos y procesos ante los tribunales. Se desarrolla entre jocosas escenas, como la del proceso casero contra un perro, acusado de haber robado un queso. Su título alude al coro de viejos jueces populares, caracterizados como avispas provistas de grandes aguijones. En esta pieza, imitada por J. Racine, vuelve a aparecer la problemática de la relación padre e hijo, presente en ´´Los convidados´´ y en ´´Las nubes´´.

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